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Una rata en la habitación - (03/2012)

3 de la mañana, volvia de dormir doblado en 4 en la esquina que mi hijo gentilmente cedió de su cama. Una vez que concilió definitivamente el sueño retorno a mi acogedora habitación. Decido disfrutar ese momento,  cierro los ojos, me tapo y estiro mi cuerpo esperando que los calambres desaparezcan de un momento a otro. Exactamente 2 minutos y medio después me despierta un gentil codazo de mi mujer en el abdomen: “escuchá eso”… Pensando que eran las 11 de la mañana le digo,¿ lo qué?. Son los pasos de  una rata…
Empezaba  una larga noche, si fuera por mi subía la rata a la cama, le hacía cucharita y seguía durmiendo mientras le acariciaba la cola, pero no era el plan de mi compañera. Decidí prender la luz y seguir el sonido que venía detrás de un mueble de la habitacion. Me acerqué sigiloso, como si no supiera que estoy yendo. No veo nada, silencio. Escucho la primera sugerencia: “agarrala…”, giro la cabeza e intento imaginar lo que ella visualizó en ese momento. ¿Querés que le extienda las dos manos en el piso y la llame: Ratatouille vení? Se que está abajo del mueble, agazapada.   Me recuesto ya con las sandalias y los lentes puestos, en vigilia con una luz prendida. Me sentia un cazador a la espera de su presa… Escucho sus patitas en el parquet, abro los ojos y estaba caminando de un mueble a otro. Me paro ágilmente y mi rodilla izquierda me recuerda mis 33 años con un ruido que casi despierta a mi hijo y seguramente le dio un buen susto al roedor.                                 2da. sugerenc ia: “ Pisala…” Ya mi cabeza gira solo ¾, aun asi quería generar contacto  visual para que intente comprender lo que me decía. Pisarla? Apenas puedo seguirla con mis ojos, decía mientras me frotaba la rodilla en cuestión.                                                                                                          3ra. sugerencia: “tirale raid”.  No respondo, quizás si hago como que no la escuché bien. Muevo las cosas esperando que salga, se eleve dos metros y salte sola por la ventana para declararme victorioso… nada de eso sucede.En eso se cae un portarretraro y el cagazo que me pego hace que pierda instantaneamente 3 años de vida. “En el lavadero hay raid” sugirió sutilmente mientras recuperaba mi aliento. Quizás era el sueño, quizás era el leve roce de mis pelotas sobre mis rodillas lo que me hizo ir al lavadero a buscar el famoso spray. Llego y me encuentro leyendo, 3 y media de la mañana, la parte trasera del raid matamosquitos, esperando que que aparezca dentro de todos los insectos desconocidos por mi, la palabra rata, laucha o ratón. Nada de eso sucedía, y decidi usar el mata cucarachas. Son grandes pienso, algo le va a hacer. Mi cerebro no funcionaba bien indudablemente. Entro y empiezo a vaciar el contenido sin vacilar, rocié todo el mueble hasta que el aire era irrespirable. “No se puede respirar aca adentro” escucho.  Empiezo a putear y a maldecir a la rata de mierda que me cagó la noche. Obviamente a mi hijo no se le ocurre llorar o despertarse hoy. Justo hoy se le ocurre dormir placidamente en su cama. Seguramente esta soñando con Mickey, ratón de mierda.
4ta sugerencia: “pegale con un palo”. Que ingenio por Dios!. Ya mi cabeza no gira. Me quedé parado pensando, algo tenía que hacer, mi hombría estaba en juego. Salí y recordé a Tom persiguiendo a Jerry. Alguna de esas trampas tienen que servir… Busqué en el lavadero y encontré una bolsa de Ferreira Sports amarilla. Esto sirve. Fui a la heladera y corté un pedazo de queso Cremón La Serenisima (con lo caro que están los lacteos la puta madre) y un pedazo de galletita. Descarto la idea de una lechita caliente. Lo meto adentro de la bolsa y me dirijo hacia la pieza. En ese momento escucho un zapateo en la pieza. Entro corriendo, mi mujer estaba parada, con las zapatillas puestas, ojos desorbitados, solo le faltaba baba en la boca. “LO MATE” me dice. Yo estaba parado como un pelotudo con mi bolsa amarilla y un pedazo de queso adentro perdiendo cualquier vestigio de masculinidad que me quedaba. No, te estoy jodiendo me dice , se me escapó.
Ubico la bolsa sigilosamente y me acuesto, me olvido de cerrar los ojos. Es el hombre contra la bestia. En eso veo como entra a la bolsa, agarra la galleta y sale con una rapidez envidiable. Me parece ver que antes de irse debajo del mueble me levanta el dedo mayor y me dice: “gracias infeliz”.
Hija de puta, el cremon no se lo llevo, seguro que no le gusta doble crema. Voy y agarro otra galleta, esta vez ubico la bolsa mas lejos y me quedo sentado en la cama, recordando la vigilia de Al Pacino en alguna de sus películas. La veo entrar. Salto sobre la bolsa tapando la entrada. Victoria, queda atrapada. “Disfrutá tu ultima galleta” digo en voz alta pensando al mismo tiempo que es una excelente frase para terminar una película de acción. Pasame una zapatilla le grito a mi esposa mientras veo su cara de emoción al ver a un marido salvaje en ropa interior salvándola de las amenazas del nuevo hogar. No me importaba la puntada nuevamente en mi rodilla izquierda. Esa mirada de satisfacción lo decía todo. Me da la zapatilla. El tema es que había caido tan bien sobre la entrada de la bolsa que se había inflado por completo.Estaba al vacío.  Como mierda la mato asi? Descarto la idea de la asfixia. Mucho tiempo.  Mejor cierro la bolsa y la tiro por la ventana. Andá a sacar la alarma le digo y abrí la persiana. Hábil nunca fui, lo sé. Intentando llevar mis calzados 46 hacia atrás me tropiezo, dejo una luz en la bolsa y esta vez la rata sale hacia rumbo desconocido de la casa.
Nos acostamos, cansados luego de haber peleado y perdido durante 2 horas. Lo último que escucho es la voz de mi mujer que dice “el roedor, una vez mas, le ha ganado la batalla al hombre…”
Al menos dijo hombre, seguro se referiría a mi…
Mañana compro veneno y y a va a ver…



M.I.A.


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